¿Qué es en realidad el Coaching Ejecutivo o Directivo y en que puede ayudarme?

Durante veinticinco años, muchos de ellos en puestos de responsabilidad y en comités de dirección, he podido ver y experimentar en primera personas muchos de los difíciles retos y luchas internas que sobrellevamos los líderes.

He acompañado a directores generales, propiedad y presidencia compartiendo sus reflexiones durante años, hasta que decidí, aparcar, en parte, el apasionante mundo de la venta, al que llevo dedicando toda una vida, para enfocarme específicamente a aquello en lo que mis superiores, de forma absolutamente natural, vieron un valor diferencial en mí, el coaching.

Lo curioso en esta nueva etapa, es darme cuenta que la mayoría de profesionales que me consultan o que yo contacto, tiene un importante desconocimiento o enormes dudas sobre que es un Coach.

Hoy, con el permiso de mis colegas de profesión (que espero puedan comentar y aportar sobre mis palabras), me gustaría daros algunas pistas sobre ello.

Coach, “a secas”, es la palabra que se ha utilizado para referirse a lo que entendemos como un entrenador, en cualquier disciplina, pero posiblemente, y más en sus inicios, en las relativas al mundo deportivo.

Últimamente además se utiliza la palabra Coach para identificar un montón de roles distintos, incluso a personajes públicos de distintos ámbitos que participan como jurado-mentor en programas de televisión para nuevos talentos de la canción.

No seré yo quien diga que esas personas no son coach, pero desde luego lo que si asevero sin ningún género de duda, es que un profesional del Coaching Ejecutivo bien poco, o absolutamente nada, tiene que ver con todo eso. Por eso, creo que es importante lanzar algo de luz sobre nuestra profesión y romper ciertas confusiones que desdibujan sensiblemente qué hacemos y cuán importante y determinante puede resultar la aplicación del coaching al mundo de la empresa.

Un Coach Ejecutivo es un profesional entrenado y preparado en las habilidades necesaria para facilitar un proceso de reflexión, consciente, abierto, sincero y profundo, que permita a personas del área ejecutiva, a cargo del liderazgo de las organizaciones, desarrollar y aumentar sus capacidades, fomentando su propia creatividad y aumentando sus competencias.

Todo ello en el marco de un entorno sereno, abierto, sin juicios ni valoraciones. Un entorno de neutralidad y confianza absoluta en el que el diálogo se da de persona a persona. “A calzón quitao” (cómo tu me decías Alfredo).

Un Coach no traslada conocimientos, no es un maestro ni un mentor. No es alguien te dice que has de hacer ni cómo. Un Coach es alguien que debe actuar de catalizador para acompañarte a poner en orden tus pensamientos y reflexiones, para llegar a conclusiones que te otorguen herramientas poderosas para avanzar en la dirección que necesitas para ser capaz de tomar acción y obtener resultados.

Habitualmente, cómo es el caso, los Coach Ejecutivos somos personas con contrastada experiencia previa en entornos parecidos a los de los líderes a los que prestamos nuestros servicios. Y en muchos casos, hemos vivido y acometido también la mayoría de retos a los que vosotros hacéis frente.

Os pongo algunos ejemplos.

Durante veinticinco años, muchos de ellos en puestos de responsabilidad y en comités de dirección, he podido ver y experimentar en primera personas muchos de los difíciles retos y luchas internas que sobrellevamos los líderes.


He acompañado a directores generales, propiedad y presidencia, compartiendo sus reflexiones durante años. Hasta que decidí, aparcar, en parte, el apasionante mundo de la venta, al que llevo dedicando toda una vida, para enfocarme específicamente a aquello en lo que mis superiores, de forma absolutamente natural, vieron un valor diferencial en mí, el coaching.


Lo curioso en esta nueva etapa, es darme cuenta que la mayoría de profesionales que me consultan o que yo contacto, tiene un importante desconocimiento o enormes dudas sobre que es un Coach.

Hoy, con el permiso de mis colegas de profesión (que espero puedan comentar y aportar sobre mis palabras), me gustaría daros algunas pistas sobre ello.


Coach, “a secas”, es la palabra que se ha utilizado para referirse a lo que entendemos como un entrenador, en cualquier disciplina, pero posiblemente, y más en sus inicios, en las relativas al mundo deportivo.

Últimamente además se utiliza la palabra Coach para identificar un montón de roles distintos, incluso a personajes públicos de distintos ámbitos que participan como jurado-mentor en programas de televisión para nuevos talentos de la canción.

No seré yo quien diga que esas personas no son coach, pero desde luego lo que si asevero sin ningún género de duda, es que un profesional del Coaching Ejecutivo bien poco, o absolutamente nada, tiene que ver con todo eso. Por eso, creo que es importante lanzar algo de luz sobre nuestra profesión y romper ciertas confusiones que desdibujan sensiblemente qué hacemos y cuán importante y determinante puede resultar la aplicación del coaching en el entorno organizativo.


Un Coach Ejecutivo es un profesional entrenado y preparado en las habilidades necesaria para facilitar un proceso de reflexión, consciente, abierto, sincero y profundo, que permita a personas del área ejecutiva, a cargo del liderazgo de las organizaciones, desarrollar y aumentar sus capacidades, fomentando su propia creatividad y aumentando sus competencias.

Todo ello en el marco de un entorno sereno, abierto, sin juicios ni valoraciones subjetivas. Un entorno de neutralidad y confianza absolutas, en el que el diálogo se da de persona a persona. “A calzón quitao” (cómo tu me decías Alfredo).


Un Coach no traslada conocimientos, no es un maestro ni un mentor. No es alguien te dice que has de hacer ni cómo. Un Coach es alguien que debe actuar de catalizador para acompañarte a poner en orden tus pensamientos y reflexiones, para llegar a conclusiones que te otorguen herramientas poderosas para avanzar en la dirección que necesitas para ser capaz de tomar acción y poder alcanzar tus objetivos.

Habitualmente, cómo es el caso, los Coach Ejecutivos somos personas con contrastada experiencia previa en entornos parecidos a los de los líderes a los que prestamos nuestros servicios. Y en muchos casos, hemos vivido y acometido también, la mayoría de retos a los que otros hacéis frente hoy.



Os pongo algunos ejemplos:

Durante veinticinco años, muchos de ellos en puestos de responsabilidad y en comités de dirección, he podido ver y experimentar en primera personas muchos de los difíciles retos y luchas internas que sobrellevamos los líderes.


He acompañado a directores generales, propiedad y presidencia, compartiendo sus reflexiones durante años. Hasta que decidí, aparcar, en parte, el apasionante mundo de la venta, al que llevo dedicando toda una vida, para enfocarme específicamente a aquello en lo que mis superiores, de forma absolutamente natural, vieron un valor diferencial en mí, el coaching.


Lo curioso en esta nueva etapa, es darme cuenta que la mayoría de profesionales que me consultan o que yo contacto, tiene un importante desconocimiento o enormes dudas sobre que es un Coach.

Hoy, con el permiso de mis colegas de profesión (que espero puedan comentar y aportar sobre mis palabras), me gustaría daros algunas pistas sobre ello.


Coach, “a secas”, es la palabra que se ha utilizado para referirse a lo que entendemos como un entrenador, en cualquier disciplina, pero posiblemente, y más en sus inicios, en las relativas al mundo deportivo.

Últimamente además se utiliza la palabra Coach para identificar un montón de roles distintos, incluso a personajes públicos de distintos ámbitos que participan como jurado-mentor en programas de televisión para nuevos talentos de la canción.

No seré yo quien diga que esas personas no son coach, pero desde luego lo que si asevero sin ningún género de duda, es que un profesional del Coaching Ejecutivo bien poco, o absolutamente nada, tiene que ver con todo eso. Por eso, creo que es importante lanzar algo de luz sobre nuestra profesión y romper ciertas confusiones que desdibujan sensiblemente qué hacemos y cuán importante y determinante puede resultar la aplicación del coaching en el entorno organizativo.


Un Coach Ejecutivo es un profesional entrenado y preparado en las habilidades necesaria para facilitar un proceso de reflexión, consciente, abierto, sincero y profundo, que permita a personas del área ejecutiva, a cargo del liderazgo de las organizaciones, desarrollar y aumentar sus capacidades, fomentando su propia creatividad y aumentando sus competencias.

Todo ello en el marco de un entorno sereno, abierto, sin juicios ni valoraciones subjetivas. Un entorno de neutralidad y confianza absolutas, en el que el diálogo se da de persona a persona. “A calzón quitao” (cómo tu me decías Alfredo).


Un Coach no traslada conocimientos, no es un maestro ni un mentor. No es alguien te dice que has de hacer ni cómo. Un Coach es alguien que debe actuar de catalizador para acompañarte a poner en orden tus pensamientos y reflexiones, para llegar a conclusiones que te otorguen herramientas poderosas para avanzar en la dirección que necesitas para ser capaz de tomar acción y poder alcanzar tus objetivos.

Habitualmente, cómo es el caso, los Coach Ejecutivos somos personas con contrastada experiencia previa en entornos parecidos a los de los líderes a los que prestamos nuestros servicios. Y en muchos casos, hemos vivido y acometido también, la mayoría de retos a los que otros hacéis frente hoy.



Os pongo algunos ejemplos:

✔️ “Llevo veintinueve años dirigiendo la compañía y he compartido los últimos veinte un equipo de confianza que me ha ayudado a convertir la empresa en lo que es hoy. De hecho, a veces ellos ejercen más autoridad que yo mismo. Ahora ya no veo el modo de acometer los cambios necesarios para asegurar la continuidad y crecimiento de la organización. Antes lo veía rápido, pero ahora también dudo mucho de que mi equipo esté preparado, y no sé cómo encajará esto… Me siento inseguro y voy aplazando las decisiones… ellos son colaboradores pero al tiempo amigos”


✔️ “Ya no sé cómo ayudar a mis jefes de equipo, creo que tienen problemas, pero muchos de ellos no me lo expresan, no confían”


✔️ “En los últimos dos años siento que el Comité de Dirección es poco fluido. Hablamos de las mismas cuestiones que identificamos como bloqueos para el avance, pero incluso aterrizando acciones, veo que no avanzamos. Creo que el problema principal está en que los miembros del comité omiten… no hablan de lo que hay que hablar y parece que aunque no me lo evidencien, hay desavenencias claras entre ellos. No sé qué hacer con eso y temo hacer cambios. Todos ellos son muy buenos y piezas fundamentales en sus áreas”


✔️ “Ya no entiendo a la gente ni lo que quieren. Tenemos un grave problema con la gente. Mis mandos intermedios me dicen que es difícil conseguir perfiles y parece que algunos buenos que tenemos se van. Pero los "perros" se quedan todos. Quizá el problema sean los de “en medio”. Cada día confío menos en nadie y parece haber más inútil suelto”


✔️ “Esto se ha convertido en un cachondeo. Dos adquisiciones en seis años y ahora la fusión. Cada uno de su padre y de su madre. Hablar de estrategia con gente que está más pendiente de quién finalmente acabará en la ecuación que de lo que realmente importa es casi imposible”


✔️ “No sé qué he de hacer. Nos cuesta crecer y no sé cómo abordar los próximos ejercicios. Aunque me cueste, he de admitir que hace ya tiempo que trabajo de modo reactivo. Me siento sólo, nadie parece entender lo que necesitamos en esta compañía. Ni yo”


✔️ “Tengo miedo, ya no sé si estoy a la altura de esto. Antes todo era claro, ahora el mercado me asusta, va a un ritmo imposible de seguir”


✔️ “Siento que mi equipo me dice que sí pero que no cree en mí, y eso se nota en el día a día. No hacen lo que les digo y a veces sólo queda la amenaza para hacerles reaccionar. No me siento bien ejerciendo ese liderazgo, pero no entienden otro”


✔️ “Me siento en riesgo. Cualquier día nos borran del mercado con un par de compras que hace días que veo venir”


“Con la entrada del fondo todo ha cambiado profundamente. La gente me mira cómo si ya no me conociera y me siento fuera de mi papel. Me siento muy agobiado, y algunas veces incluso siento presión en el pecho, normalmente cuando me relajo un poco. Por suerte salgo a hacer ejercicio y me siento mejor”


✔️ “¡Necesito escapar! A veces siento que me ahogo, nadie entiendo la situación, no puedo compartirla y realmente no puedo más. Pero obviamente no puedo dejarlo. Esta es mi casa, el negocio de mi padre y el pan de mis hijos. Siempre ha sido mi objetivo hacer crecer la empresa, pero realmente, no soy feliz en absoluto. Esto nunca ha sido mi pasión. Admiro a mi hijo mediano, él ha decidido emprender y se ha ido a otro país. Le ayudaremos en lo que podamos, aunque no parece necesitar mucha ayuda”


✔️ “Llevo aquí tres meses desde que salí de mi país. Siento que todo el mundo me dice lo que necesito escuchar pero después todos siguen haciendo lo que les parece y llevan haciendo los últimos años, antes de mi llegada. Sus resultados son suficientes y llevan aquí toda la vida, estoy seguro que van a querer mantener su estatus quo… va a ser difícil. No sé cómo lo voy a hacer”


✔️ “He descubierto un “pastel” y es de los “chulos”, esto me complica la vida, no soy capaz de quitármelo de la cabeza y me lleva angustiando meses,… no sé qué hacer ni cómo encajaría algo así la central”


✔️ “Siento que no puedo más”


✔️ “No sé qué debo hacer con mi vida. Necesito seguir aquí y esto me gusta, pero al tiempo tengo sentimientos muy negativos”


✔️“ Me angustia”


✔️ “Sufro”


✔️ “No me escuchan” 


✔️ “No me entienden”


✔️ “Nos hemos comido el presupuesto y de nuevo el proceso de cambio se ha alargado y esto no arranca, no se qué hacer más..."


✔️ “No sé decirles NO”

 

✔️ “Van a darse muchos cambios pero todo es confidencial, no puedo preparar a mi equipo para esto y no sé cómo acometer la nueva situación”


✔️ “No tengo percepción del tiempo, no consigo parar, no lo controlo”


✔️ “Mi familia ha hecho ya muchos sacrificios, no sé hasta cuando voy a poder sostener esta situación sin que algo explote”


✔️ “Me da pánico perder la autoridad, mi posición, mi estatus”


✔️ “Tenía un trabajo maravilloso que me permitía tener una vida plena con mi pareja (incluso aumentar la familia algún día). Pero me ofrecieron algo irreverente. Un reto profesional apasionante con unas condiciones imposibles de rechazar. Me equivoqué, acepté y ahora no sé qué hacer. No puedo sobrellevar esta situación y me afecta ya a nivel físico. Veo que voy a enfermar. Muchos dependen de mí, me han seguido. ¿Cómo dejarlo ahora? ¿Qué dirá esta decisión de mi cómo profesional? ¿Qué pensarán mis padres?”

✔️ “Llevo veintinueve años dirigiendo la compañía y he compartido los últimos veinte un equipo de confianza que me ha ayudado a convertir la empresa en lo que es hoy. De hecho, a veces ellos ejercen más autoridad que yo mismo. Ahora ya no veo el modo de acometer los cambios necesarios para asegurar la continuidad y crecimiento de la organización. Antes lo veía rápido, pero ahora también dudo mucho de que mi equipo esté preparado, y no sé cómo encajará esto… Me siento inseguro y voy aplazando las decisiones… ellos son colaboradores pero al tiempo amigos”


✔️ “Ya no sé cómo ayudar a mis jefes de equipo, creo que tienen problemas, pero muchos de ellos no me lo expresan, no confían”


✔️ “En los últimos dos años siento que el Comité de Dirección es poco fluido. Hablamos de las mismas cuestiones que identificamos como bloqueos para el avance, pero incluso aterrizando acciones, veo que no avanzamos. Creo que el problema principal está en que los miembros del comité omiten… no hablan de lo que hay que hablar y parece que aunque no me lo evidencien, hay desavenencias claras entre ellos. No sé qué hacer con eso y temo hacer cambios. Todos ellos son muy buenos y piezas fundamentales en sus áreas”


✔️ “Ya no entiendo a la gente ni lo que quieren. Tenemos un grave problema con la gente. Mis mandos intermedios me dicen que es difícil conseguir perfiles y parece que algunos buenos que tenemos se van. Pero los "perros" se quedan todos. Quizá el problema sean los de “en medio”. Cada día confío menos en nadie y parece haber más inútil suelto”


✔️ “Esto se ha convertido en un cachondeo. Dos adquisiciones en seis años y ahora la fusión. Cada uno de su padre y de su madre. Hablar de estrategia con gente que está más pendiente de quién finalmente acabará en la ecuación que de lo que realmente importa es casi imposible”


✔️ “No sé qué he de hacer. Nos cuesta crecer y no sé cómo abordar los próximos ejercicios. Aunque me cueste, he de admitir que hace ya tiempo que trabajo de modo reactivo. Me siento sólo, nadie parece entender lo que necesitamos en esta compañía. Ni yo”


✔️ “Tengo miedo, ya no sé si estoy a la altura de esto. Antes todo era claro, ahora el mercado me asusta, va a un ritmo imposible de seguir”


✔️ “Siento que mi equipo me dice que sí pero que no cree en mí, y eso se nota en el día a día. No hacen lo que les digo y a veces sólo queda la amenaza para hacerles reaccionar. No me siento bien ejerciendo ese liderazgo, pero no entienden otro”


✔️ “Me siento en riesgo. Cualquier día nos borran del mercado con un par de compras que hace días que veo venir”


“Con la entrada del fondo todo ha cambiado profundamente. La gente me mira cómo si ya no me conociera y me siento fuera de mi papel. Me siento muy agobiado, y algunas veces incluso siento presión en el pecho, normalmente cuando me relajo un poco. Por suerte salgo a hacer ejercicio y me siento mejor”


✔️ “¡Necesito escapar! A veces siento que me ahogo, nadie entiendo la situación, no puedo compartirla y realmente no puedo más. Pero obviamente no puedo dejarlo. Esta es mi casa, el negocio de mi padre y el pan de mis hijos. Siempre ha sido mi objetivo hacer crecer la empresa, pero realmente, no soy feliz en absoluto. Esto nunca ha sido mi pasión. Admiro a mi hijo mediano, él ha decidido emprender y se ha ido a otro país. Le ayudaremos en lo que podamos, aunque no parece necesitar mucha ayuda”


✔️ “Llevo aquí tres meses desde que salí de mi país. Siento que todo el mundo me dice lo que necesito escuchar pero después todos siguen haciendo lo que les parece y llevan haciendo los últimos años, antes de mi llegada. Sus resultados son suficientes y llevan aquí toda la vida, estoy seguro que van a querer mantener su estatus quo… va a ser difícil. No sé cómo lo voy a hacer”


✔️ “He descubierto un “pastel” y es de los “chulos”, esto me complica la vida, no soy capaz de quitármelo de la cabeza y me lleva angustiando meses,… no sé qué hacer ni cómo encajaría algo así la central”


✔️ “Siento que no puedo más”


✔️ “No sé qué debo hacer con mi vida. Necesito seguir aquí y esto me gusta, pero al tiempo tengo sentimientos muy negativos”


✔️“ Me angustia”


✔️ “Sufro”


✔️ “No me escuchan” 


✔️ “No me entienden”


✔️ “Nos hemos comido el presupuesto y de nuevo el proceso de cambio se ha alargado y esto no arranca, no se qué hacer más..."


✔️ “No sé decirles NO”

 

✔️ “Van a darse muchos cambios pero todo es confidencial, no puedo preparar a mi equipo para esto y no sé cómo acometer la nueva situación”


✔️ “No tengo percepción del tiempo, no consigo parar, no lo controlo”


✔️ “Mi familia ha hecho ya muchos sacrificios, no sé hasta cuando voy a poder sostener esta situación sin que algo explote”


✔️ “Me da pánico perder la autoridad, mi posición, mi estatus”


✔️ “Tenía un trabajo maravilloso que me permitía tener una vida plena con mi pareja (incluso aumentar la familia algún día). Pero me ofrecieron algo irreverente. Un reto profesional apasionante con unas condiciones imposibles de rechazar. Me equivoqué, acepté y ahora no sé qué hacer. No puedo sobrellevar esta situación y me afecta ya a nivel físico. Veo que voy a enfermar. Muchos dependen de mí, me han seguido. ¿Cómo dejarlo ahora? ¿Qué dirá esta decisión de mi cómo profesional? ¿Qué pensarán mis padres?”

La mayoría de los casos corresponden a “jefes” transitando por “un desierto de absoluta soledad”. Porque el “jefe” acaba y se siente profundamente SOLO.


Otros casos corresponden a excelentes líderes que viven un momento particularmente difícil. Pero os aseguro que ninguno corresponde a un mal profesional. Ningún de ellos. Todos han querido alejarse del sufrimiento, la incertidumbre, las dudas, la falta de seguridad, para emprender el camino a un liderazgo sano e inspirador, para ellos y sus equipos. Para la empresa.

La mayoría de los casos corresponden a “jefes” transitando por “un desierto de absoluta soledad”. Porque el “jefe” acaba y se siente profundamente SOLO.


Otros casos corresponden a excelentes líderes que viven un momento particularmente difícil. Pero os aseguro que ninguno corresponde a un mal profesional. Ningún de ellos. Todos han querido alejarse del sufrimiento, la incertidumbre, las dudas, la falta de seguridad, para emprender el camino a un liderazgo sano e inspirador, para ellos y sus equipos. Para la empresa.


Todos los ejemplos expuestos son reales; aunque he modificado algunos detalles porque si algo es esencial en un proceso de coaching, es la absoluta confidencialidad de todo lo que el usuario comparte con el Coach y viceversa. Quizá algunos de vosotros pensáis, ¡ostras ese es mi caso! Y es posible que así sea y me haya inspirado en el tuyo, pero tranquil@ que algunos ser repiten y mucho, no vas a salir a la luz.


En mi opinión un proceso de coaching es realmente poderoso y efectivo si los primeros espadas de la dirección, y por tanto la primera y más poderosa representación del liderazgo de la organización, están comprometidos con su propio proceso reflexivo y el avance del mismo.

En este caso el coaching puede emerger como una herramienta poderosísima para maximizar las competencias y bienestar de todo el equipo, pues no es sólo un proceso, es esencialmente una forma de ejercer el liderazgo, una manera de comunicar, compartir y construir equipos más unidos, comprometidos y capaces. Equipos que se sienten parte y que son capaces de disfrutar su aportación. Que exploran y desarrollan sus capacidades, entienden que la interdependencia es el camino y hablan abierta y honestamente de lo que necesitan para avanzar.

Todos los ejemplos expuestos son reales; aunque he modificado algunos detalles porque si algo es esencial en un proceso de coaching, es la absoluta confidencialidad de todo lo que el usuario comparte con el Coach y viceversa. Quizá algunos de vosotros pensáis, ¡ostras ese es mi caso! Y es posible que así sea y me haya inspirado en el tuyo, pero tranquil@ que algunos ser repiten y mucho, no vas a salir a la luz.


En mi opinión un proceso de coaching es realmente poderoso y efectivo si los primeros espadas de la dirección, y por tanto la primera y más poderosa representación del liderazgo de la organización, están comprometidos con su propio proceso reflexivo y el avance del mismo.En este caso el coaching puede emerger como una herramienta poderosísima para maximizar las competencias y bienestar de todo el equipo, pues no es sólo un proceso, es esencialmente una forma de ejercer el liderazgo, una manera de comunicar, compartir y construir equipos más unidos, comprometidos y capaces. Equipos que se sienten parte y que son capaces de disfrutar su aportación. Que exploran y desarrollan sus capacidades, entienden que la interdependencia es el camino y hablan abierta y honestamente de lo que necesitan para avanzar.


Señor@s Director@s Ejecutiv@s, President@s, etc., de ustedes, de todos vosotros, emana el estilo y la esencia del liderazgo en organización


LA AUTÉNTICA CULTURA

DE LA EMPRESA


COMO SE SIENTE Y SE VIVE

 LA COMPAÑÍA


¿Está tu liderazgo alineado con lo que el mercado exige hoy? ¿Con lo que tus colaboradores y socios requieren? ¿Con lo que tu necesitas?



Señor@s Director@s Ejecutiv@s, President@s, etc., de ustedes, de todos vosotros, emana el estilo y la esencia del liderazgo en organización


LA AUTÉNTICA CULTURA DE LA EMPRESA

COMO SE SIENTE Y SE VIVE LA COMPAÑÍA


¿Está tu liderazgo alineado con lo que el mercado exige hoy? ¿Con lo que tus colaboradores y socios requieren? ¿Con lo que tu y tu empresa necesitáis?



Señor@s Director@s Ejecutiv@s, President@s, etc., de ustedes, de todos vosotros, emana el estilo y la esencia del liderazgo en organización


LA AUTÉNTICA CULTURA DE LA EMPRESA

COMO SE SIENTE Y SE VIVE LA COMPAÑÍA


¿Está tu liderazgo alineado con lo que el mercado exige hoy? ¿Con lo que tus colaboradores y socios requieren? ¿Con lo que tu y tu empresa necesitáis?


De tu determinación y valentía para sentirte plenamente capaz de acometer las acciones necesarias para conseguir un futuro mejor para todos, depende que se produzca o no el cambio. Tú eres, si no el primero, uno de los principales ejes motores de la empresa. En cualquier situación. Ante la peor de las tormentas o en la más absoluta de las calmas, no debes olvidar que tu eres el faro.


Pero no es posible escindirse de todas las emociones humanas propias de cada uno de nosotros cuando ejercemos nuestra profesión. Por eso, por favor, no olvides que antes de ser para los demás y para la organización, necesitas ser para ti mism@. De hecho no puedes librarte de ninguna de tus emociones y nadie ha enseñado a nuestras generaciones a lidiar con todo ello en equilibrio y harmonía. Para evitar ciertos bloqueos, absolutamente comunes, hay que trabajar primero en nosotros mismos.


Muy poquito nos han contado al respecto a los que hemos tenido que ejercer el liderazgo desde hace años. Nos ha tocado aprender a guantazos. ¿O no?


Ser un buen líder jamás ha sido fácil y no lo va a ser nunca, no nos engañemos. Pero desde luego, hay maneras mucho más efectivas y positivas, en todos los sentidos, de poder hacerlo.


El coaching me ha ayudado a conseguirlo a mí y a algunos de los que me han rodeado, y ahora yo he hecho de ello mi profesión y mi humilde manera de contribuir a la mejora de un mundo que me ha aportado mucho y me ha permitido crecer como profesional, pero esencialmente como persona.

De tu determinación y valentía para sentirte plenamente capaz de acometer las acciones necesarias para conseguir un futuro mejor para todos, depende que se produzca o no el cambio. Tú eres, si no el primero, uno de los principales ejes motores de la empresa. En cualquier situación. Ante la peor de las tormentas o en la más absoluta de las calmas, no debes olvidar que tu eres el faro.


Pero no es posible escindirse de todas las emociones humanas propias de cada uno de nosotros cuando ejercemos nuestra profesión. Por eso, por favor, no olvides que antes de ser para los demás y para la organización, necesitas ser para ti mism@. De hecho no puedes librarte de ninguna de tus emociones y nadie ha enseñado a nuestras generaciones a lidiar con todo ello en equilibrio y harmonía. Para evitar ciertos bloqueos, absolutamente comunes, hay que trabajar primero en nosotros mismos.


Muy poquito nos han contado al respecto a los que hemos tenido que ejercer el liderazgo desde hace años. Nos ha tocado aprender a guantazos. ¿O no?


Ser un buen líder jamás ha sido fácil y no lo va a ser nunca, no nos engañemos. Pero desde luego, hay maneras mucho más efectivas y positivas, en todos los sentidos, de poder hacerlo.


El coaching me ha ayudado a conseguirlo a mí y a algunos de los que me han rodeado, y ahora yo he hecho de ello mi profesión y mi humilde manera de contribuir a la mejora de un mundo que me ha aportado mucho y me ha permitido crecer como profesional, pero esencialmente como persona.


   Mercè López | Enero 2022     



                      Mercè López Colomé | Octubre  2022       



                      Mercè López Colomé | Enero 2022       


Por Mercè López Colomé 19 de octubre de 2022
Este es el logotipo que hace unos meses me acompaña en mi vida profesional, y digo me acompaña, porque además de sentir que me representa lleva impresa mi esencia. Había trabajado en imagen corporativa en otras ocasiones, incluso en campañas de rebranding, y no veas la cantidad de ideas que me venían a la cabeza cuando se trataba de "identificar" a otros. Pero la cosa cambia sustancialmente cuando se trata de hablar de una misma. Primero probé con un profesional que pudiera captar mi esencia. Y la captó. Hizo algo bonito y efectivo, una imagen fácil de tratar, con los colores, las formas, dimensiones y características precisas para ser versátil y práctico ante cualquier posible edición, etc. Pero no, no dábamos con la tecla. Ese logo tan perfecto no representaba nada de mí y por lo tanto, no me valía. Necesitaba que la imagen de MLC contara quién soy, que sonriera a la vida descaradamente. Quería una llamada a la esperanza, a la confianza. Necesitaba ser una representación de lo tangible y lo intangible, de lo medible y lo que nos trasciende. Una mano tendida y una declaración de intenciones al mismo tiempo. Pedí a mi mejor amiga (que para más señas es una máquina de todo lo digital, aunque esa sólo sea uno de sus innumerables habilidades) que me ayudara. Y lo hizo, tónica con hielo en mano, en una terraza de verano a la sombra de "un mediados de septiembre de 2021." "Mercè esto va a darnos problemas dependiendo dónde debas colocarlo, pero me gusta, eres tú. ¿Seguro que quieres incluir esa mancha?" Bueno, voy a contaros que salió a los pocos minutos después de agradecer al camarero que nos sirviera los refrescos. Bueno, siendo fieles a la realidad, yo tomé una cañita... Mi logotipo tiene como base la representación de una molécula de serotonina ; conocida también como la hormona de la felicidad por el SUPER bien que este neurotransmisor hace a nuestro equilibrio vital. Solo con esto, los que ya me conocéis pensaréis "por ahora va bien, Mercè es una tía alegre, le pega eso de la hormona de la felicidad". Sinceramente necesitaba transmitirlo; porque para resumirlo podríamos decir que " a mí, si eso, casi mejor me lo sonríes" . No en vano, soy férrea defensora de la psicología positiva y mi propósito máximo en la vida es transitarla en paz y con la máxima alegría posible. Además, ¿te has fijado en mis iniciales?  ❕ M ercè ❕ O ❕ L ópez ❕ É ❕ C olomé ❕ U ❕ L ❕ A ¿Crees en las casualidades? A la par que alegre, inquieta y vital, soy muy muy, y cada vez más, pragmática. Me gusta que las cosas sean sencillas pero que tengan sentido, que aporten. Soy muy emocional, y de de hecho creo que el buen manejo de la Inteligencia Emocional puede llegar a ser el arma más poderosa de cualquier ser humano . Sin duda es mi fuerte y era importante contarlo. Que podemos manejarnos y relacionarnos desde el equilibrio y el bienestar y que eso siempre es fuente de avance, crecimiento y alto rendimiento . En cualquier ámbito. ¿Pero ser emocional está reñido con ser racional? Para nada. Yo amo la lógica y la coherencia. Abrazo la ciencia como forma de cuestionarnos y retarnos, de ir más allá y buscar nuevas alternativas y opciones. Y aunque me encanta mantener mi espíritu de eterna niña (esa que necesitaba hacer un pseudo garabato imperfecto para representarse) no me gusta absolutamente nada la visión super naif de todas las cosas. La vida es maravillosa pero no siempre sencilla, y en ello radica su extraordinaria belleza. Vamos que a mí dame soluciones, cuestiones que nos ayuden a avanzar, a aterrizar herramientas y modos de hacer que todo fluya. Soy todo sentidos en la búsqueda de nuevos aprendizajes, pero no me marees con filosofías de prime time que deslumbran por un momento, pero no retornan nada. Soy más de "a remangarse y a currar que tenemos lo necesario para conseguirlo, sobre todo ganas" . ¿Has visto todo eso que te cuento en la imagen de mi logotipo? Hay geometría, ciencia, química emocional, contrastes, colores, medidas, aceptadas y agradecidas imperfecciones, puntos de partida desde los que visualizar otros a alcanzar, incluso una mancha, representando ese "polvo de estrellas" del que los estudios aseguran, ahora, que surgió la vida; lo más preciado, y al tiempo efímero, que tenemos.
Por Mercè López Colomé 24 de septiembre de 2021
Los dos últimos días he tenido la suerte de poder compartir espacio y reflexiones con un grupo muy particular de profesionales. Todos ellos con algo en común; se sintieron pronto llamados a ejercer una actividad que aportaba algo al mundo y además sentían pasión por ello. Su vocación La mayoría de mortales les vemos como héroes, y sólo algunos pocos procuramos pararnos a entender que les ha llevado a tener ese propósito, tomando cierta conciencia de “la profundidad” de los procesos emocionales por los que atraviesan y los efectos sobre su persona. Médicos, sanitarios en servicios de urgencias, servicios paliativos y otros. Forenses judiciales. Educadores y terapeutas que acompañan a personas con necesidades o circunstancias especiales y, a veces, extremas. A niños, implicados en casos graves de violencia, física o psíquica, exclusión social. Abogados... Resumiendo; llevo un par de días disfrutando el privilegio de escuchar en primera persona los testimonios y experiencias, en algunos casos durísimos, de seres humanos dedicados a labores que implican un plus de constancia, entrega y compromiso con otros seres humanos, con la sociedad, pero que, además, conjugan con un componente de carga emocional ciertamente extraordinario. ¿Cómo se informa a unos padres fuera de sí que no se pudo hacer más por su hijo de cuatro años (que resbaló accidentalmente en la bañera), darse la vuelta, recomponerse y proyectar tus próximas seis horas de guardia en urgencias? ¿Y si entra otro accidente justo después? ¿Con qué energía abrazas a tus hijos, de seis y tres años, al final de esa guardia? Imagina ser maestro, educador en un centro para niños pertenecientes a familias en riesgo de exclusión. Hay casos muy complejos, incluso próximos a situaciones de desnutrición previas a la intervención de otros mecanismos de protección al menor. La Administración, o la organización para la que trabajas, determina unos recursos y una normativa regula cuantas ingestas de alimentos realizan en el centro los niños que atiendes. Un día tras otro, uno de esos niños, de ocho años, sin recursos, te dice al salir “tengo mucha hambre y en mi casa nunca hay nada para comer” . Y sabes que son las 15:00 horas y que seguramente lo único que comerá hoy será lo que le habéis dado en el centro. Vanessa y Lorena, me decían esta mañana que ellas lo luchan y lo continuarán haciendo “hasta que puedan” . Vanessa añadía a su relato sobre el caso del niño que le pedía comida; “Mercè, podría hacer otras cosas, ser maestra en una escuela “normal”. Pero aquí vendría otro funcionario, a veces obligado a cubrir plaza, porque esta plaza, aquí, no la quiere nadie… Y yo vivo esto, me implicó. Sé que yo voy a hacerlo por ellos. Por ellos y por mí. Porque yo nací para esto y lo haré hasta que pueda. Tengo claro que llegará el día que algo me lleve al límite”. Viven entre el sentido del deber, la entrega, el convencimiento que ellos aportan algo que quizá otros no están dispuestos o capacitados a aportar, y el terrible peso emocional que intrínsecamente implica su profesión, tanto para ellos como para sus seres queridos. Cuando les he preguntado quién les preparo y acompañó y quién les acompaña, para poder hacer frente a todos esos retos emocionales, el modo como me han contestado ha sido diverso, pero la respuesta única: NADIE . Alguien ríe y dice "Bueno sí, en casa. Pero a ver, se hacen cargo pero no paran de decirme que lo deje, que no merece la pena". ¿Quién, qué organización o administración prepara en nuestro país a estos “héroes” a dirigir y equilibrar sus emociones para mantenerse saludables y capaces de ejercerlas poniendo a recaudo su integridad? Ellos me cuentan que nadie, que a veces ellos mismos buscan soluciones a nivel particular. María se ríe con desdén e interviene “si, si, te dicen que ojo con la híper-empatía, que si te pasas te puedes quebrar. Que no te lo lleves a casa, que sólo es trabajo. Tócate los… Yo trabajo con sentimientos con patas” . Marta da un sorbo a su café con leche y añade “mecanizas algunas cosas que son más fáciles. Al principio mis amigos no entendían cómo podía hacer el levantamiento de un cadáver y después irme a desayunar y bromear con los compañeros. Y eso en realidad, es bastante fácil. Es peor la vuelta a casa, en coche, si te pilla el atasco después de algunas situaciones. Mucho peor quedarte a solas con tus pensamientos" . “Lo has pensado muchas veces antes que te pase, pero nunca puedes hacerte a la idea de lo que vas a sentir cuando un interno comparte contigo que supone estar encerrado. La lucha interna por convencerte de que es lo justo y no implicarte emocionalmente es criminal” . Luís era terapeuta en un centro penitenciario. Ahora es preparador físico en una cadena de gimnasios. Mi curiosidad científico-egoísta, me tienta a querer saber más sobre sus herramientas, sus experiencias de aprendizaje, el origen de su superresiliencia aparentemente inquebrantable, porque sus viajes son sinceramente extraordinarios y siempre, hasta en el peor de los casos, inspiradores para alguien como yo, que aunque con bastante vivido y, aparentemente, más herramientas que todos ellos juntos en el maletín, se siente una teórica casi ilegitimada ante sus testimonios. Este post no pretende más que ser una pequeñísima reflexión sobre cómo se siente y vive el coste de la vocación en ciertas profesiones. Hay mucho por hacer todavía para mejorar nuestra vida y la de los héroes que nos acompañan en el viaje, y todos debemos implicarnos para avanzar. Gracias a todos vosotros por tanto El resto de mortales necesitamos vuestra inspiración, pero también entender que detrás de todo héroe hay un ser humano, con necesidades e implicaciones emocionales.
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